Como pone en el título sigo con la tradición, y es que mis abuelas, como ya sabrás porque no paro de contarlo, fueron modistas, mi madre también es una artistaza de hacer todo a mano, aunque el pasado mes de julio, la pude sentar delante de la máquina para que aprendiera a coser a máquina y se le quitara ese miedo que le tenía. Así que empiezo la semana que viene a impartir las clase de costura en mi espacio, que se llama Espacio Atella.